La historia de Postales Colombianas gira alrededor de distintos personajes que se cruzan. Unos son víctimas de los falsos positivos, y otros son los victimarios. Sólo hasta el final el espectador descubre quién es quién dentro de la historia. “Es un guión que se podía montar de diferentes formas y se escogió montarlo de manera que la trama sólo se descubre al final, es una película muy política y el objetivo era generar una reflexión sobre este tema”, dice Arango.
La realidad de la producción de esta película condicionó el trabajo de fotografía. Fue un proyecto con muy pocos recursos y quienes se involucraron en el equipo técnico fue porque les interesaba el tema y la propuesta de Ricardo Coral. Postales Colombianas se hizo bajo la figura de cooperativa, la gente aportó su tiempo y su talento. Por esto Carlos Arango debió tomar decisiones radicales en torno al formato: “Qué tipo de cámara íbamos a utilizar, que fuera accesible, a mi consideración la mejor en ese momento fue la 5D. Teníamos acceso a ella y para mí era un ejercicio ver como respondía al inflarla a 35mm. Además durante la película la exigí al extremo, con paisajes muy altos y poca luz, como sabíamos de nuestras limitaciones, queríamos hacer todo lo más natural posible; usamos un solo lente, un 35mm, teniendo en cuenta las características de las locaciones y la historia, este era un lente con el que podíamos resolver. No queríamos hacerla toda en gran angular, y los espacios era tan pequeños que más allá del 35 no íbamos a poder tener un two shoot o un plano un poco más abierto, la película es toda muy cerrada”, asegura el panameño.